sábado, 9 de junio de 2007



Modelos básicos de adicción a Internet


Existen dos modelos básicos:

§ El primero de ellos hace referencia a aquellos sujetos muy aficionados e interesados por sus computadoras que utilizan la red para recoger información, obtener nuevos programas, etc. pero en ningún momento establecen ningún tipo de contacto interpersonal (más que el necesario para lograr sus propósitos).
§ El segundo tipo lo constituyen aquellos sujetos que frecuentan los chats, MOODS (juegos en línea) y listas de correo. Todos ellos tienen en común la búsqueda de estimulación social. Las necesidades de filiación, ser reconocido, poderoso o amado subyacen a este tipo de utilización de la red.
En oposición a ellos, para los sujetos del primer grupo, la necesidad de control y la predictibilidad son elementos esenciales.
Oficialmente en el colectivo médico no está considerada la existencia de una adicción a Internet como tal. En los manuales diagnósticos tanto de psicología como de psiquiatría no está considerada como una adicción y esto se debe al uso reciente de Internet.
Sin embargo, podemos definirla como la pérdida del control frente al uso racional de Internet. Para esto habría que valorar una serie de parámetros como puede ser el nivel de interferencia y de distorsión en la vida personal, familiar y profesional del individuo.
Si además esa persona no sólo pasa muchas horas, sino que el resto de las actividades de su vida giran entorno a su conexión a Internet, podemos decir que se está generando un problema adictivo.
Los investigadores hablan de subdividir la adicción a Internet en diversas categorías, según a qué cosas se vuelvan adictos los usuarios. Las consecuencias de esta adicción varían de acuerdo a estas distintas categorías: matrimonios que se rompen, niños con problemas, infractores de la ley, personas que gastan demasiado dinero.
Hay servicios de Internet más susceptibles de generar adicción que otros. Por ejemplo, navegar a través de Internet en principio no tiene por qué generar grandes problemas de adicción, sin embargo los chats sí que pueden llegar a crear una adicción, ya que implican una relación impersonal y anónima, que tiene más probabilidad de “enganchar” a la gente, en la medida que uno puede falsear su identidad y actuar con otro personalidad.
También llamada “Internet- dependencia” e “Internet-compulsión”, esta adicción se detecta por comportamientos relacionados con Internet que interfieren en la vida normal de una persona, causando estrés severo a su familia, amigos y trabajo.
Una persona que pasa horas al día frente a la computadora navegando por Internet, enviando correos electrónicos y negociando acciones, chateando o jugando puede considerarse como un “ ciberadicto” y, por lo tanto, necesita ayuda.
Podemos decir entonces que la adicción a Internet es un deterioro en el control de su uso que se manifiesta como un conjunto de síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos.
Se puede considerar adicta a la red a una persona que dedica al menos 30 horas de su tiempo libre a la semana a navegar, que suele sufrir algún tipo de trastorno de la personalidad, no es capaz de controlar el tiempo que está conectado, pierde horas de sueño y/o de trabajo, padece ansiedad si no puede acudir regularmente a Internet y acaba descuidando sus relaciones personales.
Cuando el uso de Internet interfiere de un modo significativo en las actividades habituales es cuando podrá ser considerado patológico. Sin embargo la interferencia sobre los hábitos de vida no es un criterio estable ya que varía tremendamente de unos sujetos a otros, variando en función de las disponibilidades de tiempo, dinero y de numerosas circunstancias tanto personales como familiares.

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